Maria de Agüero, una mujer que ha dejado huella en el maquillaje

Por Daniela Sánchez
María de Agüero no habla del maquillaje únicamente como signficado a la transformación del rostro, para ella el maquillaje tiene toda una razón social y un por qué detrás del color, las texturas y los acabados. Nos juntamos a platicar con ella en su estudio y me dio una especie de clase de maquillaje hablándome no sólo de las teorías que lo rodean, si no también de la importancia de la cultura y la curiosidad personal de alguien que trabaja como maquillista y artista creando la inspiración que enciende la creatividad para aterrizar un diseño de maquillaje.
María nos explica que “El hombre se maquilla desde tiempos de las cavernas y lo hacía para distinguir tribus, clanes, y jerarquías. Como por ejemplo, para mostrar quién era el patriarca o el sacerdote de la tribu. El maquillaje es una manifestación en religiones, status y personalidades. El hombre, siempre busca un lugar en la sociedad y el maquillaje, así como el vestuario, son una manifestación de que el ser humano quiere decir “Me está pasando esto” y por eso el maquillaje es un arte que manifiesta”.
Es curioso ver a un maquillista como María quien realmente explora el fondo y la razón detrás del diseño de un makeup. Muchas veces algunos buscan lo que estéticamente está correcto y olvidan que debe de existir un fundamento y una razón real para poder crear algo sin necesidad de explicar. María nos contó que ella no llega a un llamado con propuestas visuales y ya. Llega con libros y una investigación completa sobre la inspiración o propuesta de maquillaje.
Cuando le pregunté en dónde estudió y cómo llego a tener esta formación me platicó lo siguiente:
“Mis padres, me inculcaron mucho la historia y el arte. Mi mamá es una historiadora nata porque no la dejaron ir a la universidad a pesar de ser nieta de Wilfrido Massieu (Fundador del Instituto Politécnico Nacional) y recuerdo cómo entre sueños nos despertaba para ir a la escuela todas las mañanas con música clásica. Bailé ballet toda mi infancia, además tomé cursos de arte y pintura. Participaba en varios concursos de pintura que gané y yo creo que ahí me canalizaba y ahí me escondía en el arte; nunca me sentó bien la escuela de monjas a la que iba.”
“A mis 15 años, tuve un adelanto hormonal de calentura y de juventud y me embaracé, esto marcó mucho mi vida. Tuve que dejar la escuela y dejar de bailar. Terminé la prepa abierta, después estudié diseño de moda en Jannette Klein y cuando me gradué empecé a hacer vestidos de novia y vestuario teatral. Estaba muy metida en el teatro universitario, varios shows de flamenco y cuando mi hija ya tenía 4 años la metí a clases de ballet y empecé a hacer el vestuario de todas sus funciones y de toda la academia.
Yo ya había empezado con la inquietud del maquillaje ya que cada vez que entregaba un vestido de novia o de fiesta, más todo lo que me involucraba en las funciones de arte y teatro, siempre me gustaba asesorar y complementar el disfraz con el maquillaje”.
Indirectamente el maquillaje empezó a llegar a la vida de María a través del mundo del teatro y la danza, sin embargo ella nos explica cómo un viaje le cambió su perspectiva: “A los 26 años tuve la oportunidad de viajar a Europa por primera vez y tomé un curso personalizado en Jean D’estrées Paris (Jean D’estrées fue maquillista de Miss Francia en los años 60’sy 70’s). Ahí tomé un curso de moda personalizado en la especialidad de Moda y Medios Audiovisuales. Era la primera vez que yo viajaba y salía de América y como maquillista fue la primera vez que realmente me tocó trabajar con pieles diferentes. Nunca había tocado una piel negra y aquí me tocó maquillar pieles de todo tipo y rostros completamente diferentes: asiáticos, afroamericanos, de todo. Las clases eran personales con uno de los maquillistas de la Ópera de Paris”.
Realmente viajar y explorar el mundo le abrieron el panorama cultural y visual a María. Ella siguió explicando “El viajar te enriquece y como estaba casada con un arquitecto eran unos trotes de museos e iglesias, de edificios de cultura, de pintura y de arte. Cuando regresé a México seguí alternando el maquillaje con el vestuario y trabajé en la casa de Bernarda Alba. Al poco tiempo de mi regreso, Margarita White abrió su primera estética en Palacio de Hierro Coyoacán (1990) y empecé con ella en la banca ya que yo estaba embarazada de mi segunda hija. De igual manera, al poco tiempo me hablaron de la escuela donde yo había estudiado en México en los 80’s Esteticien y Maquillaje, Escuelas Europeas de Cosmetología (La matriz estaba en Barcelona), y empecé a dar clases justo en ese curso”.
El cambio de transformarse ahora en profesor puede ser difícil y muchas veces lleva a otras oportunidades. María nos platicó de su experiencia: “Yo tengo muy marcada la parte de la docencia. Toda mi familia se ha dedicado a esto desde hace ya varias generaciones, no siempre en la misma área ya que ha habido administradores, químicos, yo que estudié diseño de modas y luego maquillaje, pero la docencia está muy metida en mi familia. Mi bisabuelo fue uno de los fundadores del Instituto Politécnico Nacional, Wilfrido Massieu y yo creo que de ahí nos llegó a todos esta parte de enseñar y transmitir. En la escuela una alumna me contactó con una productora y empecé a trabajar con la Secretaría de Salud en anuncios para el SIDA y el cholera. En la misma productora hacían videos internos para las vendedoras de marketing y las convenciones de la marca Fuller, quienes terminaron pidiéndome ser la maquillista para crear sus catálogos”.
Saltar de una escuela a crear el catálogo completo de una marca como Fuller fue fácil, sin embargo María revela cómo aprendió y creció con esta experiencia: “Mi primer llamado con Fuller fue de 6:00 am y terminé a las 6am del siguiente dia, era una tortura. Pero la verdad nunca lo sentí pesado, me apasionaba y aprendí muchísimo. Era un maquillaje muy especifico y la vida solita me fue llevando y llevando por el mundo del maquillaje después de esta experiencia. Yo me hice mucho en Fuller. Cuando empecé era en la época de la fotografía análoga, no era la digital. O quedaba bien derecha la boca o bien difuminado el ojo o va para atrás hasta que te quedera bien. La presión era fuerte, pues tenias a 10/15 personas esperando a que la maquillista hiciera bien su trabajado. Sin embargo, yo también escojo proyectos que me apasionan y me producen satisfacción personal y que no me asfixian. Ahora que estoy haciendo terapia, me he dado cuenta que soy una persona terriblemente sensible. A veces en el mundo del maquillaje me costaba decir que no y especialmente cuando trabajé en MAC Cosmetics aprendí a decir que no. Entrar a una compañía sí es estar a las reglas y a las normas de una compañía.”
María fue de las primeras Senior Artists representando a M.A.C en México. Ella junto con otros maquillistas (Jose Juan Santos, Vinicio Contí, Tony estrada, Daniel Lezama) trabajaron creando el equipo de entrenamiento y maquillaje de MAC. Sin embargo, poco a poco todos se fueron de la marca y María quedó sola. La carga era grande y ella empezó a notar cosas que no iban con su manera de ser. Realmente el mundo de la moda la asfixia mucho y nos dijo “Me encantaban los entrenamientos, la línea, la gama grande de colores y que todo se valía. Lo único que yo quería era ser yo. Ser maquillista bajo las reglas de un protocolo de vestirte y arreglarte de cierta manera no encajaba conmigo y fue realmente en parte una de las razones por las que dejé MAC”.
Ser independiente es difícil y con el tiempo María ha tenido que ser fuerte y protegerse. Ella nos habló acerca de qué debe de pensar un maquillista freelance: “Como maquillista cuando fui creciendo entré en conciencia de que yo no tengo un seguro social, un aguinaldo, una pensión ya que escogí ser freelance y entonces cambié en la manera de pensar de cómo elegir en dónde o con quién trabajar. Ahora pienso sí en la buena paga, pero también en el buen trato humano. A veces se viven cosas muy feas en las producciones y uno se tiene que cuidar.”
Sin duda María ha tenido una carrera bastante completa y cuando le preguntamos sobre alguna persona que durante su educación la marcó y enseñó algo nos dio varias respuestas:
1.- “Mi maestra de ballet Ana Castillo Negrete que en el foro de la academia decía “El Talento es el Trabajo”. ¡Claro! Después me di cuenta en el maquillaje que si uno no practica y practica, cómo se va a volver experta en el área.
2.-“Elvia Romero, ella es una gran maquillista mexicana con varios Arieles, hoy en día es la maquillista de Peña Nieto y la conocí de casualidad en la tienda El Globo Bambalinas hace varios años y me invitó a participar en el maquillaje de la película Crónica en un Desayuno. En el rodaje aprendí muchísimo y Elvia me enseñó más. Al final me fui enojada y me dijo “Un día me lo vas a agradecer”. Me fui enojada de esta experiencia porque sentí muchas injusticias, pero después me di cuenta que tenía razón en todo el protocolo a seguir y en los regaños.
3.-“Juan Carlos Frank por su ironía, su sarcasmo y su manera de trabajar. La manera en la que hacía sus facecharts, en cómo iba a las juntas, cómo planeaba cada pasarela, cómo nos juntaba en su casa previo a la pasarela de Mercedes Benz y nos sentaba a todos con el maletín para analizar el boceto e íbamos producto por producto para estar seguros que tuviéramos el color que se necesitaba. Es alguien muy organizado que siempre ve por su gente y eso es algo que a mi siempre me marcó y me encantó.”
Esta entrevista fue muy interesante en cuanto a entender al maquillaje como una forma de expresión y una manifestación de lo que queremos decir a través de las pinturas, los colores y las texturas. Sin embargo algo faltaba. Creo que en este medio a veces es difícil encontrar a maquillistas como María que tienen un trasfondo cultural muy grande desde pequeños, además de su curiosidad cultural. Por lo mismo le pregunté si se sentía a veces sola en el medio, pues no entendía con quien realmente ella conectaba en este aspecto cultural. Insistí un poco hasta que entre lagrimas María me platicó de Miguel su esposo.
Miguel fue quien la acompaño en su viaje cultural. Lamentablemente el esposo de María falleció, pero él fue quien la acompañó en su mundo de inspiración por el arte, la música y la cultura en general. Él era su cómplice, él la ayudaba a hacer sus bocetos cuando terminó la carrera de moda y cada vestuario de ballet que ella hacia era él quien la ayudaba como arquitecto. Con él viajaba por el país a lugares como Palenque, Mérida, Veracruz, Zacatecas, San Luis Potosí y era quien le explicaba sobre arquitectura y la inspiración para que María creara maquillajes inspirados en museos, edificios, textiles, etc. Su esposo marcó mucho en la parte de apreciación de la estética y del diseño de la escultura, de la pintura y de las épocas en el estilo de María.
María continua aprendiendo y estudiando, tiene una escuela (http://www.mariadeaguero.com/
El Estudio María es también un centro educativo especializado en cursos y diplomados sobre el arte de decorar la piel. Forman profesionales con la capacidad de plasmar cualquier diseño de maquillaje sobre el rostro y cuerpo. Durante el diplomado cada alumno aprenderá a ser un diseñador de imagen.
“Uno como maquillista está en su rollo, pero el maquillista es un diseñador que debe aterrizar el maquillaje en base al concepto que te pida quién te lo pida. Tu clienta, tu director de maquillaje, tu director de fotografía, tu director de escena, si es teatro, si es cine, si es novela lo que sea hay que contemplar todos los detalles y saber qué es lo que tenemos que hacer. También hay que actualizarse constantemente y seguir estudiando y tomar riesgos”.