¿Los manchones de maquillaje en el rostro, creatividad actual o inspiración del pasado?
Se podría decir que los orígenes del maquillaje y la preocupación por la belleza se remontan a los comienzos de la humanidad desde la prehistoria. La ciencia ha llegado a determinar, por medio del análisis de algunas pinturas rupestres y rastros de arcilla roja encontrados sobre varios restos arqueológicos que los hombres y mujeres desde el paleolítico ya utilizaban conceptos de “maquillaje” para decorar sus rostros y cuerpo.
No obstante que el sentido, simbolismo, función, mensaje y finalidad del maquillaje utilizado en esa época aún no ha sido determinado, se especula que debió de haber estado ligado a la celebración de ceremonias y rituales. Pero la innegable relación histórica de las mujeres con la belleza se confirma desde la prehistoria mediante los hallazgos más antiguos encontrados en la proximidad de Oslo, Noruega, donde existe un grabado que hace referencia al incipiente interés femenino por la belleza mostrando la figura de una mujer embadurnándose grasa de reno.
Del mismo modo, también se han hallado representaciones prehistóricas de mujeres simbolizando el interés por embellecer la forma femenina como lo serían la Venus de Willendorf en Austria y la Venus de Grimaldi en Francia. A pesar de que no existe prueba de las técnicas de aplicación, fondo y forma del maquillaje aplicado, quizá podemos conceptualizar el maquillaje prehistórico a partir del que ha sido creado, utilizado y representado por tantos grupos étnicos alrededor del mundo como son las diversas tribus milenarias de África, Oceanía y América, por lo que se puede suponer que el “arte del maquillaje” prehistórico carecía de técnica específica y que más bien se enfocaba en imitar la fauna y flora, generalmente a modo de manchones sobre la piel.
Los productos de los que disponían se limitaban prácticamente a productos de origen mineral o biológico que se mezclaban con compuestos animales como grasa o sangre para lograr una pasta que aplicaban directo sobre la piel. Algunos ejemplos son:
PIGMENTOS MINERALES
-Pigmento blanco a partir de caliza, zinc o yeso.
-Pigmento negro: a partir del carbón u hollín.
-Pigmentos ocres: a partir de tierras naturales, arcillas y óxidos.
PIGMENTOS BIOLOGICOS
-Pigmento rojo: a partir de la cochinilla, arándanos, moras, cerezas y frambuesas así como de la sangre ya sea animal o humana
-Pigmento verde: a partir de algunas plantas como acelga, espinaca, perejil, menta, algas.
Tener conocimiento del pasado nos ayuda a alimentar no sólo nuestro conocimiento sino también nuestra creatividad ya que como bien dijo la inigualable Gabrielle Chanel “Se triunfa con lo que se aprende”.
En la actualidad podemos apreciar rasgos del maquillaje prehistórico en diversas expresiones de maquillaje “avant garde” que representan una clara inspiración tribal como el ejemplo de la foto.
Mi recomendación para lograr un look similar al de la foto es la siguiente:
Utilizar una combinación entre productos en crema como correctores, sombras en crema y/o supra color (maquillaje base aceite) con polvo translúcido y pigmentos sueltos en porcentajes variables para lograr la densidad y cobertura deseada.
Para lograr la cobertura dispareja que le aporta a la foto esa maravillosa textura se mezclan las cremas y los polvos en diferentes concentraciones, entendiendo que a más polvo más pastosa, densa, pesada y cubriente será la mezcla mientras que a más crema mayor fluidez y translucidez.
La pasta creada se puede aplicar con brocha, esponja porosa y hasta con los dedos dependiendo del terminado deseado.
El efecto craquelado se logra con el mismo producto al secarse y se enfatiza utilizando un sombreado con un pigmento más oscuro.
Practicar maquillajes con inspiración prehistórica es la mejor manera de explorar formas y texturas que de otra manera no utilizaríamos en maquillajes regulares.
Fotos tomadas del internet