Juan Carlos Frank: Más que un coach de belleza en México
Es momento de reconocer a de uno de los maquillistas mexicanos con una de las trayectorias más largas y exitosas trabajando en moda, publicidad y celebridades.

Es momento de reconocer a de uno de los maquillistas mexicanos con una de las trayectorias más largas y exitosas trabajando en moda, publicidad y celebridades.
Por: Carlos Castellanos
Es momento de reconocer a de uno de los maquillistas mexicanos con una de las trayectorias más largas y exitosas trabajando en moda, publicidad y celebridades. Juan Carlos Frank tiene más de 25 años maquillando envuelto en la capacitación y coaching para marcas internacionales como L’oréal y NARS. Dentro de los rostros que ha maquillado se encuentran Kevin Spacey, Alanis Morissette, Lenny Kravitz, Eva Longoria, Alizee, Carly Rae Jepsen, Ricky Martin, Claudia Schiffer, Maria Carla Boscono, Heather Marks, Carolina Herrera, Agatha Ruiz de la Prada, Rossy De Palma, Jaime Camil, Angélica Vale, Angélica María, Mónica Noguera, Paulina Rubio, Gloria Trevi, Sasha Sokol, entre otras. En publicidad ha colaborado para marcas como Avon, Fuller, Jafra, Mary kay, Sophie, Palacio de Hierro, Liverpool, Sears, Saks, Andrea, Cklass, Price Shoes, Cyzone, entre otras.
Sigue el trabajo de Juan Carlos Frank en su instagram https://www.instagram.com/jcfrankup/
C: ¿Cómo descubriste tu pasión por el maquillaje y el peinado?
J: Comencé a estudiar Ciencias de la Comunicación y me gustó mucho pero yo empezaba a ser tan independiente de mi familia que tenía que trabajar. Un amigo me invitó a asistirlo en maquillaje para una película o mejor dicho un Video Home, estando ahí descubrí que me gustaba mucho. Él me motivó a tomar un curso de maquillaje y efectos especiales en la escuela de Jean D´Estrées en Barcelona, me agradó la idea porque yo no hablaba inglés para ir a otro país, tenía buen nivel académico y además era un costo muy bajo. Cuando yo regresé a México mi amigo nuevamente me motivó a comenzar a maquillar por mi cuenta, en ese entonces a él le llamaron para entrar a Chanel pero él no quería ese trabajo por lo que me dijo que fuera al casting, asistí y me contrataron como freelance, cuando volé a París a la capacitación fue cuando en realidad me di cuenta que esto es algo que yo podía y quería hacer.
Comencé en 1991 y hasta hace un año seguí siendo freelance. Tuve muchos contratos con marcas, fui pionero del primer contrato que se hizo para L’oréal Paris maquillaje como vocero embajador de la marca; en México no había llegado la línea de maquillaje, en ese entonces se comercializaban los tintes y las cremas pero cuando decidieron nombrar embajadoras a Lupita Jones y a Dulce María, ellos me contrataron para crear la imagen global de maquillaje y peinado para la publicidad de L’oreal Paris y Garnier, mi contrato también incluía dar capacitaciones a los equipos de ventas y por supuesto promover en medios el uso de sus productos.
C: ¿Qué haces actualmente?
J: Estoy asociado con Francisco Iglesias, tenemos un estudio en el que hemos hecho eventos para marcas como Louis Vuitton y revistas como Glamour y Vogue. Estamos en el proceso de abrir nuestra escuela en la que impartiremos temas relacionados a las seis categorías de la belleza, desde tintes, cortes, peinado y tendencias. Queremos tener una de las escuelas más completas de belleza para aquellas personas que se quieran dedicar al mundo de belleza. Ofreceremos también cursos de mercadotecnia y de negocios.
C: ¿Cómo llegaste a L’oréal?
J: Antes de L’oréal trabajé con la marca Helena Rubinstein, a pesar de que yo tenía 23 ó 24 años me llamaron para ser maquillista internacional de la marca, participaba en los festivales y las giras del Palacio de Hierro y Liverpool, con esta marca me conecté con la división de cabello en donde pude hacer muchos shows y plataformas enfocados a esto.
C: ¿Qué te gusta más maquillar o peinar?
J: Si maquillo no peino, y si peino no maquillo. Me gustan ambas pero en el momento siempre prefiero estar enfocado en una sola cosa. En México había una estructura muy básica para los maquillistas y peinadores, la mayoría triunfaron en sus salones de belleza y los freelance éramos muy poco requeridos, las celebridades requerían de maquillistas que pudieran reaccionar con peinado también debido a que no podían viajar con más equipo y muchos maquillistas por supuesto que accedimos a aprender aspectos básicos del cabello y del peinado para ofrecer estos servicios, por eso muchos comenzamos como “peinadores de estilo”. A mi me funcionaba muy bien hacer ambas cosas incluso en editorial acompañado de un asistente, creo que era buena idea porque así tenía la oportunidad de proponer y hacer parte del look final.
C: ¿Cómo era trabajar en una editorial en tus comienzos?
J: Siempre han existido buenas revistas que contratan a personas que tienen la pasión, el conocimiento y el gusto por coordinar equipos creativos. Muchas veces las revistas internacionales con franquicias en México tenían una mayor infraestructura para que los proyectos tuvieran un buen flujo en el trabajo de los equipos, sin embargo con las nuevas generaciones, las revistas empezaron a contratar a personal recién egresado de la universidad que no tenían conocimientos ni pasión por este trabajo y por supuesto que es difícil trabajar con personas que no cuentan con las herramientas necesarias para dirigir este tipo de proyectos. En México esta es una industria muy nueva que se está moldeando, por ejemplo aún no tenemos agencias reconocidas como en otros países que representan talento de maquilladores y peinadores, nos falta mucho pero definitivamente tenemos el talento para crear cosas únicas y con mucho valor.
C: ¿Fue difícil para tu familia aceptar el cambio de tu carrera?
J: Yo siempre fui un hijo único muy rebelde, me salí de casa a los 22 años y desde ese momento comencé a trabajar. Cuando empecé con todo esto del maquillaje y peinado mi madre fue a la que le costó más trabajo, mi padre tenía una herencia más artística que le permitía entenderlo, sin embargo fue difícil para ambos porque en aquel entonces en México no era una profesión reconocida. Tiempo después ya se dejaba maquillar por mi.
C: ¿Recuerdas algún momento de tu infancia relacionado con tu amor por el maquillaje?
J: La primer ruptura que tuve con el glamour y el estilo fue al ver muy joven las revistas que podía conseguir en Estados Unidos, aunque creo que lo que más me inspiró de joven fueron las series de televisión como “Los Ángeles de Charlie”, me fascinaba ver a esas tres mujeres hermosas que “sin esfuerzos” lucían espectaculares. De niño todas mis primas tenían Barbies y para mi era algo imposible que me encantaba ver, curiosamente mi primer cuenta de publicidad profesional fue Mattel y a mi me emocionó mucho. Entre más prohibido tienes algo más te es atractivo, y claro que en toda mi infancia mi gusto por la belleza estuvo muy reprimido, no tanto por mi familia si no por la sociedad y la cultura en la que crecí. Yo estudié en escuela de hombres y hasta me tocaba jugar americano, pero claro que tenía un vecino con el que jugaba con la muñeca de la princesa Leia y otra muñeca de la mujer maravilla, recuerdo que jugábamos a cambiarles los peinados.
C: ¿Qué es la belleza para ti y qué te parece bello?
J: Recuerdo la frase de Coco Chanel que decía “No existen mujeres feas, sólo mujeres que no saben arreglarse”, para mi esa frase lo dice todo. La belleza es salud, una piel que se ve sana y con un brillo natural es bella para mi. Me parece que todos los rostros son interesantes y bellos, mientras más vieja y con facciones distintas a las que estamos acostumbrados mayor es el reto y mayor la emoción que siento al maquillar. No digo que no me emocionan los rostros jóvenes, pero eso es mucho más sencillo. Desde chico me llamó mucho más la atención transformar a una mujer con una gran personalidad que a una mujer que ya es hermosa.
C: ¿Qué crees que nos hace falta a los mexicanos para valorar la belleza y la diversidad de rostros y razas que tenemos en el país?
J: Se requiere de mucha educación y de mucha cultura para saber que tus principales clientas van a ser las mexicanas de carita redonda, morenas y que esos rostros de pómulos prominentes y labios sin arrugas pertenecen a una generación y representan una parte pequeña de nuestra población, tengo muchas amigas rubias con ese tipo de rostro y en realidad al maquillarlas no es un gran reto en el que se apliquen todos tus conocimientos y aptitudes como maquillador.
C: ¿Crees que el maquillaje de moda y de pasarela es mucho menos retador hoy en día que en tus inicios?
Creo que hoy hay talentos mucho más creativos, pero así como hay personas muy talentosas hay otros maquilladores que son muy flojos, que hacen réplicas todo el tiempo y no leen ni tienen los conocimientos para maquillar a un nivel profesional, sin embargo las redes sociales y el internet les ha ayudado a tener un mayor alcance. Por otro lado hay diseñadores de moda que están abiertos a tendencias de maquillaje mucho más experimentales y artísticas, pero gracias al “fast fashion” en la mayoría de los shows durante los últimos años nos hemos quedado muy estancados en el maquillaje natural el cual no tiene nada de malo pero creo que para los maquillistas es mucho más interesante jugar con otros elementos.
C: A diferencia de cuando iniciaste tu carrera como maquillador ¿Consideras que ahora tu creatividad está más ligada a lo comercial o al dinero que puedas obtener de tu trabajo o haces más lo que simplemente te gusta?
J: Cuando eres muy joven tienes muchas ganas de hacer un copy paste de lo que están haciendo en París o en Milán, muchas veces es el resultado de que las editoriales no permitan que sus talentos exploren y encuentren otros caminos, terminan orillando a que trabajen todos bajo la influencia de las marcas que les pagan o anuncian, todo puede resultar muy editado. En mi caso después de que experimentas con todo ese mundo de revistas comerciales y de haber hecho cosas muy divertidas, he decidido no ser tan artístico como antes quería, una de las razones por las que sucede esto es porque tu generación o los equipos de trabajo creativos con los que creces ya comienzan a hacer otras cosas, las revistas ya tienen a editoras más jóvenes que tú y por supuesto que es un tema generacional, de lenguaje común y las personas forman sus equipos para crecer juntos. No quiere decir que los mayores no podamos colaborar con los jóvenes, tenemos el claro ejemplo de Pat McGrath o Dick Page que a su edad siguen dictando las tendencias y estando a la vanguardia, sin embargo depende mucho de su entorno, de la industria, de la educación y del control del ego que tenga cada maquillista, es muy importante que conforme crezcamos sepamos configurar las nuevas tendencias y admirar las ideas de los nuevos talentos como de los que ya tienen una larga trayectoria. Siempre es un trabajo en equipo y es importante pedir asesoría de todas las generaciones.
C: ¿Cuál es tu estilo al maquillar?
J: Podría decir que me gustan mucho los tonos cálidos, los naranjas, los terracota y los tonos ladrillos. Amo el glitter, desde que comencé no he dejado de usarlo en diferentes partes del rostro y a diferentes niveles. También me fascinan los rostros desnudos, me encanta la piel luminosa que pareciera que no tiene nada de maquillaje pero está muy bien estructurada con relieves.
C: ¿A qué maquilladores admiras?
J: Internacionales me gustan mucho Pat McGrath, Stéphane Marais, Kevin Aucoin, François Nars y Shu Uemura. De México admiro a Eduardo Gasset que es un parteaguas del maquillaje en el país y a Adolfo Roldán que en paz descanse, él me pasó su estafeta en L’oréal y me encantaba su trabajo.
C: Al trabajar con tantas marcas como Nars, YSL, Chanel y L’oréal ¿Qué aprendizajes y herramientas obtuviste al trabajar con ellos?
J: Aprendí mucho sobre merchandising, el producto y el consumidor. Me interesó mucho el marketing que tienen las marcas internacionales en los puntos de venta en México, entendí el riesgo de las decisiones y los lanzamientos de estas marcas. Durante estos años mi nivel de entendimiento y conocimiento de la industria de la moda creció mucho, pude conocer a muchos diseñadores mexicanos y a modelos con los que aún tengo relación. Por supuesto que también me dio fundamentos y herramientas para poder comunicarme con una editora de una revista, para plasmar mis ideas y poder hablar sobre mi trabajo.
C: Ahora que estás convirtiendo tu experiencia en un negocio fijo ¿Qué consejo le puedes dar a todos aquellos que quieran dar este paso?
Desafortunadamente a nadie nos enseñan a cotizar, muchas veces algunos maquillistas con el afán de competir terminan bajando sus costos y eso al final es indigno de ti, no es tanto lo que hayas invertido en tus productos, la experiencia vale mucho y hay que cobrar lo justo por nuestro trabajo y nuestra trayectoria. Se requiere de mucho carácter y templanza pero al final si te devalúas en un futuro te vas a arrepentir de haber cobrado tan bajo. Si cobras barato vas a obtener clientes que después te van a cambiar por otros que cobran más barato. En mi experiencia fue una suerte y fortuna haber firmado con tantas marcas, siempre me cuestioné qué era lo que yo les ofrecía y me preparaba para ser indispensable y tener más aptitudes que pudieran darle mayor valor a mi trabajo.
C: ¿Qué es lo que más te gusta de esta profesión?
J: Me gusta que no me cuesta trabajo hacer esto, disfruto de conocer gente nueva pero disfruto más encontrarme gente vieja o clientas que regresan conmigo. Lo que menos me gusta es la ignorancia, la torpeza y el tener que trasladarme tanto por la ciudad.
C: ¿Cuáles han sido los momentos de mayor orgullo en tu carrera y cuáles eran las circunstancias en las que te encontrabas?
J: Hay tres cosas de las que me siento muy orgulloso. Cuando fui nominado a los OMNIS que premiaban a lo mejor de la moda, recibí cuatro o cinco premios como mejor maquillista de moda de diferentes instituciones en menos de dos años. Otro momento fue cuando conocí a Sasha Sokol, yo crecí con la era Timbiriche y para mi fue muy emocionante poder maquillarla y transformarla con distintos maquillajes a lo largo de su carrera, ella siempre quiso jugar con su imagen y eso fue una gran satisfacción para mi. Cuando hice a Maria Carla Boscono fue muy bonito y no lo podía creer. Otro rostro que me enorgullece haber maquillado fue a Rossy de Palma, ella me pidió que le pusiera toda la paleta de maquillaje encima y me dejó ponerle unas pestañas que corté con papel, me divertí mucho.
C: ¿Cuáles son tus productos favoritos en este momento?
J: Me encantan los lápices Touche Éclat Face Highlighter de YSL para iluminar las ojeras cuando no son tan profundas. Me encanta Weightless Ultra Definition Liquid Makeup de Urban Decay, es una base cubriente y muy ligera. Nunca voy a dejar usar el rubor Orgasm de NARS, es una mezcla perfecta entre rosa, durazno y dorado. Me encanta la paleta Venus II de Lime Crime, los mate son perfectos para profundizar el párpado más abultado que exista y los perlados son muy brillantes. Las paletas de sombras neutras de Le Maquillage son un must en mi kit. Me gusta mucho el Primer de Armani y también el de Francisco Iglesias que es fabuloso.