Hablemos de Darkest Hour, la película ganadora al mejor maquillaje en los Oscares
Kazuhiro Tsuji es conocido por sus nominación a los BAFTA Awards por su trabajo en El Planeta de los Simios, así como por ganar el premio de Hollywood Makeup Artist and Hair Stylist Guild Award (2001) por la película de El Grinch. Sin embargo hoy es más conocido por llevarse el Oscar por su trabajo en Darkest Hour, el filme en el que transformó al actor Gary Oldman en Winston Churchill, un reto muy grande, pues el actor no se parecía nada físicamente al personaje.
Desde que el director y el actor habían aceptado hacer la película sabían que Tsuji era el único que podía crear el maquillaje para transformar a Oldman en Churchill. ¿El problema? Tsuji llevaba varios años cansado de la industria del cine y se había retirado eligiendo seguir su vida artística con la escultura. Su trabajo más conocido principalmente es creando interpretaciones realistas y de gran tamaño de caras famosas como Andy Warhol, Frida Kahlo y su mentor, la leyenda del maquillaje Dick Smith.
Jugar con la luz y trabajar con personas para crear rostros más jóvenes o pieles maduras puede ser de lo más complicado cuando se trata de efectos especiales en el mundo del maquillaje y el reto al que se afrontó Tsuji fue uno de los más grandes que ha tenido. En una entrevista para Variety, Tsuji explica cómo Oldman lo convenció para aceptar la película: “Me mandó un mail y me dijo que sin mí, él no tomaría el rol de Churchill. No fue amenaza, fue más un complemento. Me convenció.”
Lo más importante al convertir un rostro en otro es entender qué hace a uno ser así, en este caso era ver qué hace a Churchill ser Churchill. ¿Cuáles son los detalles en su rostro que lo definen? Trabajar creando un rostro tan famoso es un duelo entre la cara del actor y del personaje. En este film Tsuji empezó estudiando los dos rostros, su proceso inició tomando muchísimas fotografías de Oldman, seguido por la creación de un scan de cuerpo completo para crear un body suite del actor y moldear los prostéticos de la cara. Tsuji además hizo toda una investigación fotográfica de Winston Churchill analizando cada centímetro de su rostro siempre tomando en cuenta su personalidad y forma de pensar, eso siempre influye a la hora de crear.
En una entrevista para Gold Derby, Tsuji platica lo difícil que es el estudiar las dos caras, ver que Oldman tenía los ojos más cerrados y Churchill todo lo opuesto, era casi imposible transformar a Oldman en Churchill. Hubo en total 5 pruebas de maquillaje hasta que se logró el objetivo. Lo complicado era que no podían simplemente ponerle una mascara completa a Oldman ya que lo que se buscaba era más bien crear un híbrido entre Oldman y Churchill. Era muy importante que el actor pudiera gesticular y mover el rostro para expresar emociones o momentos de furia que enseñaría en su actuación. Había que encontrar en el personaje a Churchill y a Oldman creando un balance en la transformación sin ignorar al rostro del actor.
En una piel madura los prostéticos no se acomodan de la misma manera que en una piel joven. La piel madura es más flexible y los prostéticos no se adhieren tan fácil como en una piel joven. Tsuji tuvo que encontrar una forma en la que los prostéticos se pudieran mover dejando la piel ser flexible, pero creando la textura y la capa de una piel madura sobre la del actor. La dirección del maquillaje fue buscar algo que fuera ligero, fácil de utilizar y práctico.
Los prostéticos que crearon eran tan delicados y delgados que cada día tenían que utilizar piezas nuevas, lo que implicaba que diario había que maquillar el silicón igualándolo al color de los prostéticos utilizados en días pasados. Los detalles como los lunares y las venas rojizas tenían que estar siempre iguales y era algo que el equipo tenía que cuidar con mucha atención. La solución también fue iluminando cualquier pieza alrededor de los ojos y frente para que a través del maquillaje pudiera expresarse sin problema.
Por lo mismo que buscaban flexibilidad a la hora de la actuación, no se creó una sola máscara, sino varios pedazos para cubrir la piel del actor, cosa que hacía aún más complicado el maquillaje del actor. Había que lograr que cada pieza combinara de manera uniforme con la piel y la pieza con la que estuviera conectada.
Todos los días David Malinowski (Supervisor de prostéticos) y Lucy Sibbick (asistente de prostéticos) preparaban todo y se tardaban aproximadamente tres horas y media en aplicar el maquillaje.
Muchas veces podríamos pensar que crear rostros humanos o transformarlos es más sencillo que inventar o lograr asustar a la gente con la cara de un monstruo o alíen. Sin embargo, Tsuji elige trabajar en proyectos como éste o como Benjamin Button ya que piensa que éstos implican mayor reto. En este tipo de caracterización, tratando con rostros humanos, el maquillaje debe de quedar perfecto. La gente se da cuenta de los errores en seguida si algo no está bien. Lograr efectos invisibles y realmente que la gente ni piense en el maquillaje es lo que hace que el trabajo de Tsuji sea espectacular.