Por Cristina Rey en colaboración con los maquilladores Jonathan Lule, Mónica Godínez, Claudia Gamiño y Eduardo Arias.
Sintéticas o naturales, rígidas y tupidas, ligeras y flexibles, minúsculas o tamaño maxi, sesgadas, chatas o abombadas… Brochas hay tantas como cada marca las personaliza, pero los tamaños y formas básicas son una constante y cada una tiene un propósito claro para el que fue fabricada, aunque también, los artistas de maquillaje logran encontrarles otras funciones prácticas.
Al hablar de aplicación de maquillaje, las brochas son los instrumentos que nos ayudan no sólo a profesionalizar nuestro trabajo, sino también a realzar texturas, a optimizar las cantidades y a homogeneizar las dosis a lo largo de la superficie en la que se aplica el maquillaje.
Debido a que cada producto tiene texturas diferentes, y a que las necesidades y técnicas de aplicación varían de acuerdo con las formas de cada parte del rostro, es que los tamaños y formas tanto del mango como de la cabeza de la brocha cambiarán para adaptarse mejor al producto y a la zona de aplicación.
En esta ocasión, para compartirnos sus tips de aplicación y brochas favoritas, colaboraron con nosotros los maquilladores: Jonathan Lule, Mónica Godínez, Claudia Gamiño y Eduardo Arias.
FORMAS BÁSICAS
Al hablar de las diferentes brochas, encontramos una constante en sus formas básicas, independientemente de los tamaños y de algunas variantes en su estructura. La artista de maquillaje, Mónica Godínez, describe con claridad esta constante:
“En general, las brochas que veas planas, en cualquier dimensión: sean para rostro, ojos o labios, te ayudarán a saturar de producto, o para que el producto se fije a la superficie que estás trabajando”.
“Mientras que las formas redondas, en todos sus tamaños, ayudan a difuminar y a realizar aplicaciones más sutiles. Por ejemplo, si aplicas crema o una base que necesitas se vea traslúcida, como un velo de color, entonces necesitas una brocha redonda que, con movimientos circulares, te ayude a distribuir y pulir suavemente el producto. Esto aplica también para el maquillaje corporal”.
“Cuando quiero lograr una saturación de producto, lo logro con brochas planas, y esto aplica en todos los tamaños: si necesito saturar base de maquillaje, uso la brocha plana para base; si quiero saturar el color de la sombra, uso entonces la brocha plana para sombras. Su forma es la misma, y sirven para saturar, solo difieren en tamaño dependiendo de las áreas a cubrir”.
“Las sesgadas, que también vienen en diferentes tamaños, funcionan para tener la oportunidad de trabajar detalles más específicos, donde no quisieras superar el área de aplicación”.
Conclusión: ¿necesitas saturación de color y fijación del producto?, usa una brocha plana. ¿Necesitas un efecto traslúcido, suave, difuminado y pulido?, utiliza brochas redondas con movimientos circulares.Una vez dicho esto, lo siguiente es elegir el tamaño para la zona.
BROCHAS PARA EL ROSTRO
Brocha plana para base de maquillaje líquido
Su cabeza es plana y compacta, pero densa y con una panza regordeta que sirve para almacenar el fluido. Su densidad adelgaza hacia las puntas por dos razones: la primera es para que, tras presionar ligeramente la panza de la cabeza y depositar producto, la parte delgada se encargará de distribuir y adelgazar la capa de producto; la segunda razón es que permite depositar la base con mayor precisión y pulirla también en zonas como el contorno de los labios, el contorno de los ojos, así como poder llegar a los pliegues laterales de la nariz.
Al final, cada artista tiene experiencias distintas y logran sus resultados incluso con brochas destinadas para otros fines, como Mónica Godínez, que nos platica que: “Si quiero pulir la base, que no me quede tan gruesa, pero que me quede pulida, utilizo la brocha especial para blush sesgada, como la #168 de M·A·C, me encantan cuando quiero algo muy pulido”, afirma Godínez, y añade: “Si quiero hacer una saturación de base, entonces lo hago con una la brocha plana para base #190 de M·A·C”.
Brocha doble fibra para base de maquillaje
Conocidas con este nombre porque originalmente la base, que es más tupida y densa, es de fibras naturales, mientras que las puntas de la cabeza son sintéticas de fibra óptica y más esparcidas. El propósito de esta combinación radica en tener una buena dosis de aplicación del producto, mientras que las fibras sintéticas esparcidas prácticamente “acarician” el rostro ofreciendo un resultado de buena cobertura pero de apariencia muy natural y casi similar a la de un aerógrafo.
“Me gusta aplicar las cremas hidratantes y los rubores en crema con este tipo de brochas. Sus cerdas blancas de fibra óptica las esfuman muy bien; y permiten aplicar con mucha suavidad y no lastimas tanto la piel. Mi favorita: la #187 de M·A·C”, dice Claudia Gamiño.
De acuerdo con Godínez, el mismo efecto se puede lograr sin necesidad de una brocha de doble fibra, “usarla o no, dependerá en todo caso de la presión a la que el maquillista esté acostumbrado a aplicar. Si puedes usar otro tipo de brocha ejerciendo una presión mínima, casi como si estuviera en el aire, entonces no necesitas una de doble fibra. Por el contrario, a las personas que están acostumbradas a ejercer mucha presión, este tipo de brochas les funcionan bien, pues las puntas suaves y poco densas disminuyen la intensidad de aplicación, ayudándoles a pulir mejor la superficie”.
Brocha para base de alta cobertura
Con una cabeza muy tupida y redonda, pero de base plana, esta brocha permite aplicar mayores cantidades de base de maquillaje para obtener una cobertura total, mientras que su superficie plana, casi como la de un cepillo para lustrar zapatos, logra una distribución homogénea a la vez que da un terminado pulido para un look natural a pesar de la densidad de una base en crema o de la alta cobertura de cualquier otra base líquida.
Este tipo de brocha es la favorita de Jonathan Lule: “funciona muy bien porque si trabajas tus movimientos anatómicamente, te da un efecto de airbrush en la piel, además de que economiza el producto. Mi favorita es la Foundation Brush de MyKitCo, la uso con todo tipo de bases líquidas y en crema”.
La artista Claudia Gamiño también se acomoda mejor con este tipo de forma: “Para aplicar base de maquillaje prefiero las redondas planas de la cabeza como la Oval 6 de M·A·C, porque penetra mejor el producto y el color queda más parejo, logro un efecto más homogéneo”.
Brocha Kabuki
Debe su nombre al teatro Kabuki de Japón, en el que los actores se maquillaban con un polvo de arroz blanco que aplicaban con esta brocha práctica, de mango corto y de cerdas densas, voluminosas y muy suaves. Lo ideal es verter un producto en polvo sobre la superficie del mismo producto, introducir la brocha y girarla para que el polvo entre en sus cerdas, después hay que deshacerse del exceso dándole unos golpecitos. Se utiliza sobre la piel con movimientos continuos y circulares para un resultado homogéneo.
Contrario a lo que muchos pensarían, los artistas de maquillaje no tienen a la Kabuki entre sus preferidas, al contrario, tanto para Claudia Gamiño, como para Jonathan Lule y Eduardo Arias, es una brocha con tanto pelo y tan densa que gasta demasiado producto y es muy difícil mantenerla limpia.
Aunque sus características pueden resultar útiles en otros campos, como para Mónica Godínez, quien no la prefiere en general, pero admite que “para body-painting son buenas, sobre todo si buscas altas concentraciones de color”.
Brocha redonda para blush
Es una de las brochas indispensables para todo maquillista. Su cabeza es voluminosa y se adapta para aplicar todo tipo de productos en polvo, desde el blush, hasta bronzers.
“Para blush, me gusta usar una brocha de cabeza gordita, porque en un instante, con un solo toque, define el pómulo. Uso la blanca de pelo natural #150, de M·A·C”, afirma el artista Eduardo Arias.
Claudia Gamiño también prefiere esta forma “pero no demasiado muy tupida, para evitar aplicar exceso de producto y que quede manchada la piel. Me gusta usar la Long Blending Brush #137 de M·A·C.”
Brocha sesgada para blush
La diferencia con la brocha redonda para blush es la forma de la cabeza, con un corte diagonal que permite aplicar el blush con un ligero cuarto de vuelta ajustándose a la forma de los pómulos al momento de girar. Su forma sirve también para aplicar bronzer debajo de las mejillas de manera angulada, o bien, para aplicar iluminadores en polvo de manera sesgada.
“Para el blush, me gusta utilizar la #167, #168 o la #109 que es chata de la punta. En general, busco tamaños medianos, las muy largas o muy gordas no me ayudan a definir, se va el producto por todos lados… si quieres tener más control del producto, un tamaño mediano para el blush es perfecto. Para esto prefiero las de cerdas naturales, pues dan un mejor efecto que no he logrado con ninguna sintética”, comenta Godínez.
Jonathan Lule también tiene predilección por la forma angular: “solo uso la parte alta del pincel, voy depositando poco a poco el color, después la difumino con movimientos circulares”
Brocha abanico
Existen dos brochas con forma de abanico, las más planas y delgadas, y otras más gruesas. Las primeras pueden ser utilizadas para eliminar el exceso de maquillaje o sombras en polvo sobre la piel, o bien para aplicar un iluminador. Mientras que las de cabeza más espesa son ideales para hacer contouring.
“Yo la utilizo para quitar exceso de producto debajo del ojo o para aplicar velos muy ligeros. Como no tiene tanto pelo, no te pigmenta ni te asienta el producto en exceso y lo retira sin dificultad”, dice Mónica Godínez.
BROCHAS PARA LOS OJOS
Brocha plana para sombras
Es pequeña, voluminosa pero plana. Perfecta para aplicar la sombra sobre el párpado móvil. Para hacerlo, es necesario presionar la cabeza de la brocha contra la sombra, sacudir el exceso de producto (o no sacudirla si se desea más saturación de color) y presionar sobre la zona a aplicar. Después, para difuminar la sombra, es necesaria una brocha para esfumar.
Sin embargo, hay artistas que se acomodan mejor con otro tipo de herramientas, como Eduardo Arias: “Me gusta aplicar la sombra con la brocha de Shu Uemura 60B (una brocha sesgada para delineado y cejas) es firme y muy chiquita, y ya para difuminar uso una más grande con punta afilada”. Mientras que la favorita de Mónica Godínez para aplicar color es la #237 de M·A·C.
“Para los ojos, tengo mis básicas: Me gusta trabajar con pinceles, como la plana pero flexible para depositar color como la #252 de M·A·C… Mientras que la #248, que tiene la misma forma que la de base de maquillaje, me gusta para aplicar corrector y sombras en crema. Entre más firme sea el pincel, más precisa es la aplicación. Mientras más flexible sea, puedes difuminar mejor…” , dice Lule.
Brocha difuminadora para sombras
De punta redondeada y cerdas suaves y flexibles, es perfecta para difuminar la sombra ya aplicada. Si se busca un difuminado marcado, se recomienda usar una brocha de cabeza más densa, mientras que una cabeza más sutil es ideal para un difuminado más delicado.“La mayoría de mis brochas para sombras son estas redondas, que son abiertas, la única diferencia es que cambio los tamaños, más chicas para aplicar y más grandes para difuminar, ya si quiero marcar más, utilizo una plana para depositar color, si no lo voy construyendo aplicando más color con la redonda”, explica Gamiño.
Mónica Godínez nos dice que “si quiero hacer algo muy ligero, utilizo las difuminadoras redondas, con movimientos circulares… lo mismo aplica si busco ese resultado en cara o cuerpo, con brochas de la misma forma, pero más grandes. En el caso de los ojos, tanto para difuminar, como para aplicar un velo de primer, utilizo la #217 para párpados de pequeños a normales, y la #224 para párpados más grandes, ambas de M·A·C. Mientras que para difuminar la línea inferior de la pestaña utilizo las redondas pequeñas, con forma de punta de esfumino. Y para lograr un smokey eye, utilizo la #219 para marcar la cuenca y difuminar abajo”.
Para Lule, “La G811 Precision Fluff y la G813 Small Precision de GOC son muy flexibles para su tamaño, son perfectas para crear efectos en los bordes de los ojos y en las cuencas. Son buenísimas para difuminar y ninguna marca las tiene en ese tamaño con ese nivel de flexibilidad”.
Brocha para corrector
Su forma es idéntica a la de la brocha plana para base de maquillaje, pero en un tamaño mucho más pequeño. Su forma también permite dosificar el producto, y las esquinas sesgadas logran llevar el corrector a lugares donde se requiere precisión, como debajo de la línea de pestañas. Su dimensión permite trabajar en zonas pequeñas y cubrir imperfecciones, como brotes.
La #224 de M·A·C es la favorita de Godínez, “es redonda y me ayuda aplicar y difuminar el corrector sin marcar las líneas de expresión, pues hace que el producto no se acumule en un solo lugar. La uso para las ojeras y para los lados de la nariz. También utilizo la #242”.
Mientras que para Claudia Gamiño, la favorita para aplicar corrector es la brocha Concealer Brush 03 de Tom Ford, y para esfumarlo, la #227 de M·A·C; “aunque al final también doy ligeros golpecitos con la yema de los dedos para hacer que el producto se funda mejor”.
Pinceles para delinear
En este rubro encontramos las de cabeza plana y recta, perfecta para definir y realizar líneas tanto con un producto delineador, como para delinear con sombras.
Otra variante es el casi el mismo modelo pero con una cabeza sesgada, que para Mónica Godínez, “funciona si no tienes tanto pulso”, y nos dice que “para delinear, prefiero el #210 de M·A·C, porque me permite hacer un delineado perfecto y marcar bien el extremo externo del ojo”.
Hay otras variantes, como la que tiene punta con forma de pluma, puede utilizarse para aplicar una línea de sombra de manera precisa en el párpado inferior, o bien para aplicar sombra en el pliegue del ojo. Para Godínez, la #219 de M·A·C es ideal para un párpado normal, y si buscas un delineado más delgado, entonces utiliza la #210 con líquidos y delineadores en gel.
Finalmente, parecido a la punta de pluma, pero mucho más pequeña y firme es el pincel favorito del artista Jonathan Lule. “El Detail de GOC G836 me encanta para delinear con crema, y también la uso para limpiar los bordes de los labios cuando haces bocas perfectas, para rellenar la comisura de los labios”.
Pincel para pigmentar cejas
Similar al pincel plano para delinear, pero de forma angulada que permite hacer pequeños entre las cejas para rellenarlas.“Small Angle Brush 266 de M·A·C tiene una forma con la que es más fácil seguir la dirección de la ceja natural, trazando pequeñas líneas siguiendo la forma de la ceja”, dice Godínez, mientras que Lule nos comparte que “para las cejas me encanta la brocha My Tight Brow de MyKitCo, es muy dura para que no te baile y te quede perfecta la línea”.
Cepillo redondo (goupillon)
Con la forma idéntica al cepillo de una mascara de pestañas, hay artistas que lo utilizan para peinar las cejas, y otros para dar una pasada final a las pestañas para eliminar el exceso de producto y esparcirlas.En el caso de Claudia Gamiño, ella lo utiliza “para esfumar líneas que quedaron tras maquillar las cejas”. Mientras que Mónica Godínez las utiliza para poner gel transparente para peinar las cejas, aunque prefiere utilizar los cepillos desechables que encuentras en Sally Beauty.
Pincel para labios
Por lo general es de cerdas sintéticas, compactas y delgadas. Pero existen varios tipos, rígidos o suaves, de punta ultrafina o plana, y la elección depende de la habilidad del maquillista para usar una u otra.
Claudia Gamiño prefiere los pinceles “Alargados, planos y redondos de la punta, parecidos a los pinceles de acuarela, incluso sueles encontrarlos más en tiendas para acuarela. Al hacer los trazos de los labios, su forma alargada, se adapta a la forma natural del labio, lo que reduce las probabilidades de que te quede chueco el labio”
Por su parte, Mónica Godínez nos dice que “Para los labios me gustan las planas que tienen la punta de domo, porque es más fácil crear el contorno de labios y al mismo tiempo rellenar, como la #231 y también la #266 de M·A·C para cejas me acomoda muy bien”.
¿NATURALES O SINTÉTICAS?
La razón para elegir uno u otro tipo de pelo de brocha es la porosidad del mismo. El pelo natural es mucho más poroso, por lo que no se aconseja para aplicar cremas o líquidos, pues absorberá mucho más producto y será más difícil de limpiar y desinfectar.
Si bien, actualmente, existen brochas de pelo sintético con calidad insuperable que no te harán extrañar las de pelo natural, las naturales las prefieren más los artistas de maquillaje porque su suavidad y porosidad permiten una aplicación mas intensa y precisa de los polvos y las sombras.
Con las calidades actuales de brochas sintéticas, la decisión de qué tipo usar está en cada artista y en los resultados que más le gusten. Sin embargo, las sintéticas tienen tres cosas a favor: resisten mejor la limpieza, duran más y, por supuesto, son pet-friendly.
La decisión es individual, solamente recomendamos que al menos tres de tus brochas sean sintéticas: la de base de maquillaje líquida, la de labios y la de corrector.
Cada artista tiene sus favoritas según sus necesidades. Como las artistas Mónica Godínez y Claudia Gamiño, que nos afirman que, sin importar si es sintética o natural, lo que les importa es utilizar la brocha con la forma que sirve para lograr el resultado deseado. Además, ambas coinciden en que el pelo natural siempre dará un terminado más pulido, y en que si el problema es la cantidad que absorben este tipo de cerdas, basta con no saturarlas de producto, pues necesitas cargar la brocha tan solo en su punta, y si requieres más, repetir hasta construir el resultado.
“Me gusta utilizar brochas de pelo natural y sintético. Todas las sintéticas para crema, mientras que las de pelo natural me gustan para polvo y bases de maquillaje porque dan un mejor efecto, incluso aunque sean en crema. Si bien, absorben más las naturales, si la sabes usar, te va bien, pues no debes tomar tanto producto, basta con tomar en la punta y al lado”, dice Claudia Gamiño
“Las de pelo natural requieren más cuidado, son más caras. Sin embargo, prefiero trabajar con pelo natural, porque retienen mejor los pigmentos y difuminan mejor. Pero las sintéticas duran más, y en el caso de algunos pinceles de precisión, prefieren pelo sintético porque se abre menos las cerdas”, comenta Jonathan Lule.
¿SIN BROCHA?
Son muchos los artistas del maquillaje, como Eduardo Arias, que valoran también los resultados de trabajar productos fluidos, como bases y correctores, con los dedos. “Te permite manejar el producto con la temperatura de la piel, lo que hace que se funda en la piel y fluya muy bien; además puedes llegar a todos los rincones, y al final gastas menos producto”, dice Arias.
LIMPIEZA
Así como las brochas nos permiten una aplicación más profesional, no sólo por su efectividad, sino por dar una imagen de pulcritud al no tocar al cliente con nuestras manos, son también un arma de doble filo si no se mantienen limpias. Las brochas pueden atrapar y mantener todo tipo de bacterias entre sus cerdas, sobre todo al utilizar productos líquidos o cremosos, y son el vehículo perfecto para transportarlas de un rostro a otro, pudiendo infectar la piel de un cliente.
Por ello, además de que es recomendable que poseas dos o más brochas de cada tipo —esto mídelo de acuerdo con la cantidad de clientes que tienes en un día y de acuerdo con la cantidad de brochas de un tipo que usas por rostro—, debes cambiar por brochas limpias cada vez que cambies de cliente y limpiarlas correctamente tan pronto como sea posible.
Para limpiarlas, algunos artistas utilizan shampoo para cabello; otros prefieren fórmulas específicas que, además, desinfecten el pelo de la brocha. Aquí te recomendamos la segunda opción para una limpieza efectiva y segura, y te compartimos lo que los artistas de maquillaje usan:
Claudia Gamiño: “Las limpio con el limpiador de Cristina Cuellar, porque les quita todo el color y las desinfecta, además de dejarlas con un muy buen aroma. Viene como spray, la tallas sobre una servitoalla y queda limpia. O bien, puedes vaciar el líquido en un recipiente y remojar ahí la brocha para una limpieza más profunda.”
Mónica Godínez: “Utilizo un jabón blanco, como el Dove blanco, porque les saca muy bien el producto. Cuando las lavo a consciencia, uso uno especial para brochas de la marca Da Vinci, especial para brochas de pintor, le quita todo. Las dejo secar sobre una toalla y las peino con un cepillo desechable para pestañas”.
Jonathan Lule:“El mejor limpiador para mí es el de Dr. MakeUp, no maltrata las brochas y se secan muy rápido. Lo que nunca deben hacer es usar toallitas desmaquillantes: no es bueno porque aunque quitarás los pigmentos las cerdas quedan grasosas por las soluciones hidratantes de las toallitas”.
Eduardo Arias: “Las limpio con shampoo para cabello, dando movimientos circulares suaves y después las pongo a secar sobre una toalla. Cada una la lavo individualmente siendo muy cuidadoso de que no se maltraten las cerdas y se separen”.
TIP: “Si quieres invertir en buenas brochas, me encantan las de Haku Hudu…. Son el Rolls Royce de las brochas. Hay una como para polvo en forma de gota gigante, aplicas muy poco producto y cubre perfecto, son geniales para trabajo editorial porque da acabados imperceptibles”. –Mónica Godínez.
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